Capítulo 1
s 3 de enero, un día oscuro y lluvioso. Pero la lluvia no es limpia -pensó Spectre- sino un líquido que cubre todo de un fango oscuro, y pinta la ciudad de color gris como el cielo.
Esa mañana Spectre se había despertado aturdido. Miles de pensamientos se agolpaban en su mente. Apenas había dormido durante la noche; una pesadilla frenética le había dejado la boca seca y un fuerte dolor de cabeza. Se levantó con el sueño todavía arañando su cara y se dirigió a su baño. Cotempló su rostro en el espejo, su tez pálida revelaba la falta de ejercicio al aire libre, junto con una angustia indescriptible. Abrió el grifo, que escupía un liquido viscoso color oxido.
-Otra vez...-dijo-si seguimos así...
Escuchó un ruido en su escondite, advirtió a Mar, ambos se pusieron en alerta y fueron a investigarlo. Cuando pudieron ver de qué se trataba, se dieron cuenta de que una persona había quedado atrapada en la trampa que había instalado en la entrada.
Spectre se acercó y vio a Sara, la mejor amiga de Mar y gran amiga suya. Se conocieron en el colegio y fueron inseparables, pero los tres fueron a universidades distintas y perdieron el contacto. Hacía poco tiempo, se habían reencontrado y, aunque fue un encuentro rápido, habían hablado de sus vidas y de sus planes. Ahora, al verla enjaulada, numerosos recuerdos venían a la cabeza de Spectre de los años que habían pasado juntos, pero lo que más le interesaba era: ¿Qué hacía allí?
- ¡Sorpresa!
- ¡Sara! -dijo Mar, que había venido corriendo al oír la voz de Sara- ¿No tendrías que estar de gira?
- ¿Y dejaros a vosotros solos? Los fans pueden esperar.
- Te hemos echado mucho de menos -dijo Spectre emocionado, sacándola de la trampa.
Charlaron durante horas: volvieron a hablar de sus vidas, de las experiencias que habían vivido de pequeños... pero sobretodo se centraron en su presente: el mundo estaba agonizando y ellos tenían que hacer algo.
- Tenemos que hacer algo, lo que sea, pero ya -dijo Spectre
- Deberíamos encontrar una forma de reunir recursos -comentó Sara
- Yo tengo una amiga -añadió Mar- se llama Lina Cherichev y es una prestigiosa científica. Ella nos podrá ayudar para reunir todo tipo de información y tal vez podramos hacer algo.
- Buen plan... -dijo Spectre- Sara, te vas de viaje.
- ¿Yo? ¿Y por qué no vosotros? -preguntó Sara
- Estamos en busca y captura por temas que no vienen a cuento.
Empezaron a ultimar los detalles, tenía que ser un plan perfecto, nada podía fallar, era una situación bastante complicada y si los descubrían, la cosa se podía poner bastante fea.
- ¡Nos hace falta un nombre de grupo! -exclamó Spectre
- ¡Es verdad! -dijo Mar
- ¿Qué os parece Misión Perseo? -intervino Sara- Antes de venir aquí pasé la noche en un museo derruido dedicado a este semidiós. Al parecer, era un guerrero que venció a su peor enemigo, Medusa; los Pikoletos son nuestro peor enemigo, somos unos guerreros y todo esto es una misión, ¿no?
- Pues Misión Perseo entonces -dijo Mar
- ¡¡ 1,2,3 MISIÓN PERSEO!! -exclamaron al unísono
- Bien, ya tenemos nombre -dijo Spectre- ¿Ahora qué?
- Pues el plan, -contestó Sara- voy a infiltrarme en su base y os pasaré información.
- No sabemos dónde está, -dijo Spectre, destrozado- tenemos coche y algo para defendernos, pero no energía de ningún tipo.
- Conozco a una vieja amiga que me debe un favor -dijo Mar- ella nos ayudará.
Se estaba poniendo el sol, lágrimas amargas caían sobre el rostro de Sara. Había encontrado a sus amigos de la infancia de nuevo pero no se atrevía a contarles la dura y triste verdad. De repente entró Mar:
- ¡Oye! ¿Qué te pasa?
- Na...na...nada, solo me preocupa que no salga bien -dijo Mar.
- Todo saldrá bien -la tranquilizó Sara- vamos a conseguirlo.
- ¡Hola! -dijo Spectre, que había aprovechado la oscuridad de la noche para salir y buscar alguna provisión- he conseguido barritas de chocolate
-Y ¿cómo has salido a estas horas? Ya sabes que es muy peligroso- le recriminó Mar.
- Ha sido rápido, he ido a la tienda de comestibles que abandonaron ayer sus sueños,está muy cerca de aquí.¿Alguna quiere?
- ¡Yo! -exclamaron las chicas a la vez- ¡Ñam!
A estas horas, todos los habitantes se resguardaban del frío y del peligro donde podían, porque todos sabían que cuando llegaban las 12 de la noche, Los Pikoletos salían de su escondite para cometer un robo tras otro.
- Echo de menos ver el Sol -pensó Mar. Añoraba esos paseos con su familia, esas fiestas con amigos... El mundo ya no es lo que era, nada es lo que era.
Todos se metieron en sus respectivas habitaciones y quedaron dormidos al instante, la noche era fría . Al día siguiente Sara visitaría a la amiga de Mar para ver si las podía ayudar, tenían que pensar muy bien qué iban a hacer.
Esa mañana Spectre se había despertado aturdido. Miles de pensamientos se agolpaban en su mente. Apenas había dormido durante la noche; una pesadilla frenética le había dejado la boca seca y un fuerte dolor de cabeza. Se levantó con el sueño todavía arañando su cara y se dirigió a su baño. Cotempló su rostro en el espejo, su tez pálida revelaba la falta de ejercicio al aire libre, junto con una angustia indescriptible. Abrió el grifo, que escupía un liquido viscoso color oxido.
-Otra vez...-dijo-si seguimos así...
Escuchó un ruido en su escondite, advirtió a Mar, ambos se pusieron en alerta y fueron a investigarlo. Cuando pudieron ver de qué se trataba, se dieron cuenta de que una persona había quedado atrapada en la trampa que había instalado en la entrada.
Spectre se acercó y vio a Sara, la mejor amiga de Mar y gran amiga suya. Se conocieron en el colegio y fueron inseparables, pero los tres fueron a universidades distintas y perdieron el contacto. Hacía poco tiempo, se habían reencontrado y, aunque fue un encuentro rápido, habían hablado de sus vidas y de sus planes. Ahora, al verla enjaulada, numerosos recuerdos venían a la cabeza de Spectre de los años que habían pasado juntos, pero lo que más le interesaba era: ¿Qué hacía allí?
- ¡Sorpresa!
- ¡Sara! -dijo Mar, que había venido corriendo al oír la voz de Sara- ¿No tendrías que estar de gira?
- ¿Y dejaros a vosotros solos? Los fans pueden esperar.
- Te hemos echado mucho de menos -dijo Spectre emocionado, sacándola de la trampa.
Charlaron durante horas: volvieron a hablar de sus vidas, de las experiencias que habían vivido de pequeños... pero sobretodo se centraron en su presente: el mundo estaba agonizando y ellos tenían que hacer algo.
- Tenemos que hacer algo, lo que sea, pero ya -dijo Spectre
- Deberíamos encontrar una forma de reunir recursos -comentó Sara
- Yo tengo una amiga -añadió Mar- se llama Lina Cherichev y es una prestigiosa científica. Ella nos podrá ayudar para reunir todo tipo de información y tal vez podramos hacer algo.
- Buen plan... -dijo Spectre- Sara, te vas de viaje.
- ¿Yo? ¿Y por qué no vosotros? -preguntó Sara
- Estamos en busca y captura por temas que no vienen a cuento.
Empezaron a ultimar los detalles, tenía que ser un plan perfecto, nada podía fallar, era una situación bastante complicada y si los descubrían, la cosa se podía poner bastante fea.
- ¡Nos hace falta un nombre de grupo! -exclamó Spectre
- ¡Es verdad! -dijo Mar
- ¿Qué os parece Misión Perseo? -intervino Sara- Antes de venir aquí pasé la noche en un museo derruido dedicado a este semidiós. Al parecer, era un guerrero que venció a su peor enemigo, Medusa; los Pikoletos son nuestro peor enemigo, somos unos guerreros y todo esto es una misión, ¿no?
- Pues Misión Perseo entonces -dijo Mar
- ¡¡ 1,2,3 MISIÓN PERSEO!! -exclamaron al unísono
- Bien, ya tenemos nombre -dijo Spectre- ¿Ahora qué?
- Pues el plan, -contestó Sara- voy a infiltrarme en su base y os pasaré información.
- No sabemos dónde está, -dijo Spectre, destrozado- tenemos coche y algo para defendernos, pero no energía de ningún tipo.
- Conozco a una vieja amiga que me debe un favor -dijo Mar- ella nos ayudará.
Se estaba poniendo el sol, lágrimas amargas caían sobre el rostro de Sara. Había encontrado a sus amigos de la infancia de nuevo pero no se atrevía a contarles la dura y triste verdad. De repente entró Mar:
- ¡Oye! ¿Qué te pasa?
- Na...na...nada, solo me preocupa que no salga bien -dijo Mar.
- Todo saldrá bien -la tranquilizó Sara- vamos a conseguirlo.
- ¡Hola! -dijo Spectre, que había aprovechado la oscuridad de la noche para salir y buscar alguna provisión- he conseguido barritas de chocolate
-Y ¿cómo has salido a estas horas? Ya sabes que es muy peligroso- le recriminó Mar.
- Ha sido rápido, he ido a la tienda de comestibles que abandonaron ayer sus sueños,está muy cerca de aquí.¿Alguna quiere?
- ¡Yo! -exclamaron las chicas a la vez- ¡Ñam!
A estas horas, todos los habitantes se resguardaban del frío y del peligro donde podían, porque todos sabían que cuando llegaban las 12 de la noche, Los Pikoletos salían de su escondite para cometer un robo tras otro.
- Echo de menos ver el Sol -pensó Mar. Añoraba esos paseos con su familia, esas fiestas con amigos... El mundo ya no es lo que era, nada es lo que era.
Todos se metieron en sus respectivas habitaciones y quedaron dormidos al instante, la noche era fría . Al día siguiente Sara visitaría a la amiga de Mar para ver si las podía ayudar, tenían que pensar muy bien qué iban a hacer.