Capítulo 4
éEra un día frío, nuestros personajes se encontraban al borde de la hipotermia, hacia un viento helado terrible, la comida se había puesto en mal estado, y no había munición para resistir otro ataque pikoleto. Debían pensar rápido qué hacer.
9 de Mayo de 2038 era el día clave, lo que se podía nombrar como día D, hoy se iba a ejecutar el plan establecido por Sara, iban a usar un cohete construido por Mar, e iban a escapar a otro planeta. Pero antes iban a destruir todas las bases pikoletas, ¿cómo ? Ahora lo descubriremos.
- Spectre, ve con Sara a infiltrarte en la base antiaérea y da las órdenes falsas de bombardear las bases pikoletas -ordenó Mar- yo me quedaré preparando el cohete para el momento del despegue.
- ¡Vale ! -dijeron Spectre y Sara al unísono
Eran aproximadamente las 2 de la tarde, Sara y Spectre salieron de la base y le dijeron por radio a Mar que estaba todo despejado y que iban por el camino principal. Iban a tardar unos 20 minutos en llegar a la ubicación clave. Mientras tanto, Mar estaba terminando de colocar unos tornillos en la parte inferior del cohete y colocando unas capas de aluminio para darle mayor resistencia y que aguantara el viaje con más seguridad, mientras que miles de pensamientos ocupaban su mente.
Ya en la base, Sara y Spectre fueron por la parte trasera que no estaba vigilada, rompieron la valla y se infiltraron en el gran complejo Pikoleto. Vieron la torre central que tendría unos cincuenta metros de altura, pensaron que ahí era donde se manejaba todo. Spectre sacó sus auriculares y escuchó todas las conversaciones. Como habían pensado, la gran torre era la de mando, desde allí tenían unos radares donde se podía observar los aviones y cohetes a un radio de 500 km. En ese momento nuestros personajes saltaron y dijeron a la vez - ¡Nuestro cohete! -dijeron a la vez- ¡Lo van a descubrir!
- ¡Debemos terminar esto rápido y salir pitando de aquí ! -exclamó Spectre nervioso.
Mientras que Sara cubría a Spectre, este se colaba por la torre. Subieron por unas escaleras que parecían interminables y abrieron la puerta de la sala de mando con cuidado. Allí estaba un vigilante dormido, al que encerraron en el almacén para ponerse manos a la obra con total tranquilidad. Spectre miró el radar, ¡Tropas pikoletas se dirigían a la base! Debían actuar rápido, cogieron los controles y dieron órdenes de bombardear las dieciséis bases pikoletas que existían hasta el momento, ordenaron también que después del bombardeo destruyeran los antiaéreos para que no pudieran destruir el cohete cuando estuviera volando y salieron de la torre de control pitando.
Cuando bajaron las escaleras les estaban esperando veinte soldados apuntándoles con grandes armas. Rápidamente, Sara sacó su micrófono y chilló con todas sus fuerzas, esto provocó que se destruyeran los tímpanos de todos los pikoletos. Aquello les daba ventaja para que pudieran escapar; salieron de la base Pikoleta y fueron corriendo en dirección a la suya, tenían que llegar antes que el regimiento pikoleto, avisaron a Mar por radio para que fortificara la base.
Corrían con todas sus fuerzas, no podían aguantar más. Al fondo se veía el albergue, con Mar haciendo señas.
- ¡Ya queda poco! -dijeron ilusionados
La ilusión duró poco, porque por la derecha se acercaban los Pikoletos a gran velocidad ¡Los habían adelantado! Llegaron al cohete a toda prisa, se subieron y despegaron. Al fondo se veían a los pikoletos intentando dispararles, pero todo era en vano, el cohete ya estaba a kilómetros por sus cabezas. Cuando pudieron relajarse, revisaron sus recursos y lo gestionaron todo para que el viaje fuera sin ningún problema. Después de esto, se dedicaron a observar cómo se alejaban de su antiguo hogar cada vez más y más.
10 de mayo de 2038: Todo va bien, al fin, nuestros personajes pueden hacer lo que les plazca. Sara suele cantar más a menudo para darle más alegría al frío y metálico cohete. Spectre hace ejercicios y se entrena corriendo por todo el cohete (algo que desquicia bastante a sus amigas) y Mar... bueno, Mar resuelve ecuaciones (cada uno disfruta a su manera)
27 de Mayo de 2038: el viaje era tranquilo, Mar, Sara y Spectre charlaban animadamente sobre su futuro nuevo hogar: cada uno soñaba con mundos tan distintos que se complementaban a la perfección. Entre risas, un horrible ruido perturba la paz: es el radar ¡Un meteorito se acerca al cohete a gran velocidad!
- ¡A los mandos! -ordena Sara- Spectre, dirige el cohete. Mar, no apartes la vista del radar en el caso de que aparezcan más. Yo activaré la seguridad ¡vamos, vamos, vamos!
El miedo recorre cada rincón del cohete, Spectre hace maniobras trepidantes, Mar no para de gritar indicaciones y Sara se mueve de un lado a otro para asegurar todo. De milagro, los esquivan todos y la calma vuelve a reinar en el cohete.
-¡Buf! Menudo susto -dijo Spectre
- Y que lo digas -contestó Mar
6 de Junio de 2038: Ha pasado cerca de un mes, el destino está cada vez más y más cerca. El equipo está cansado y de mal humor, apenas quedan provisiones y el cohete está casi sin combustible.
-Chicos... Estoy cansada, no puedo más y pienso cada día en las pobres personas que siguen en la Tierra, si todavía existe ¿Por qué no se nos ocurrió salvarles? ¿Por que los dejamos allí tirados? -dijo Mar- Nuestras familias, nuestros amigos, todo lo que queremos se está muriendo en esa bola de tierra.
-Mar, lo hemos hablado millones de veces, pero eran ellos o nosotros -contestó Spectre.
- ¡Los podíamos haber salvado, Spectre! ¡Podíamos haber construido mil cohetes como este y salvarlos! -replicó Mar.
-Sabes bien que no, Mar. Trabajamos muy duro para construir un solo cohete, imagina haber construido mil -dijo Sara.
Mar se quedó de brazos cruzados y reflexiva, mientras Sara ordenaba las cosas Spectre miraba por la ventana.
20 de Junio de 2038: El viaje se está haciendo insoportable, ¿Cuánto tiempo iban a tener que estar allí? Spectre miraba el espacio a través de la pequeña ventana que había en la sala de mandos. De repente, observa algo a lo lejos.
- Chicas, ¿los meteoritos pueden ser de color violeta? -preguntó Spectre.
- No, suelen ser marrones o negros, jamás he visto un meteorito de otro color, y eso que he trabajado mucho la astronomía. -explicó Mar
-Eso significa que ya estamos en casa -dijo Spectre con una sonrisa en el rostro
-¡¿Qué?! -exclamó Sara- ¡Es imposible!
-Lo es -dijo Mar con lágrimas en los ojos, mientras miraba por la ventana- todo ha acabado, esta locura, por fin ha terminado.
Se abrazan emocionados, aterrizan y salen a ver el exterior: el suelo es como el de la Tierra, solo que de un color morado chillón. Todo está rodeado de plantas enormes y coloridas que se elevan hasta un cielo de color azul. A diferencia de la Tierra, este no está tapado por una capa gris. Se pueden distinguir 3 soles en el cielo y miles de criaturas se asoman entre la vegetación para observar a los nuevos habitantes. Varias, los reciben amigablemente dando saltitos a su alrededor, mientras que otras prefieren permanecer ocultas y esperar.
-¿Creéis que todo saldrá bien? -preguntó Sara- ¿Vamos a sobrevivir?
-¿Por qué no? -contestó Spectre- Nos han pasado un montón de cosas, y aquí estamos ¿Por qué no íbamos a sobrevivir?
-Bueno, mientras estemos juntos, no creo que nada malo nos pueda pasar -concluyó Mar.
9 de Mayo de 2038 era el día clave, lo que se podía nombrar como día D, hoy se iba a ejecutar el plan establecido por Sara, iban a usar un cohete construido por Mar, e iban a escapar a otro planeta. Pero antes iban a destruir todas las bases pikoletas, ¿cómo ? Ahora lo descubriremos.
- Spectre, ve con Sara a infiltrarte en la base antiaérea y da las órdenes falsas de bombardear las bases pikoletas -ordenó Mar- yo me quedaré preparando el cohete para el momento del despegue.
- ¡Vale ! -dijeron Spectre y Sara al unísono
Eran aproximadamente las 2 de la tarde, Sara y Spectre salieron de la base y le dijeron por radio a Mar que estaba todo despejado y que iban por el camino principal. Iban a tardar unos 20 minutos en llegar a la ubicación clave. Mientras tanto, Mar estaba terminando de colocar unos tornillos en la parte inferior del cohete y colocando unas capas de aluminio para darle mayor resistencia y que aguantara el viaje con más seguridad, mientras que miles de pensamientos ocupaban su mente.
Ya en la base, Sara y Spectre fueron por la parte trasera que no estaba vigilada, rompieron la valla y se infiltraron en el gran complejo Pikoleto. Vieron la torre central que tendría unos cincuenta metros de altura, pensaron que ahí era donde se manejaba todo. Spectre sacó sus auriculares y escuchó todas las conversaciones. Como habían pensado, la gran torre era la de mando, desde allí tenían unos radares donde se podía observar los aviones y cohetes a un radio de 500 km. En ese momento nuestros personajes saltaron y dijeron a la vez - ¡Nuestro cohete! -dijeron a la vez- ¡Lo van a descubrir!
- ¡Debemos terminar esto rápido y salir pitando de aquí ! -exclamó Spectre nervioso.
Mientras que Sara cubría a Spectre, este se colaba por la torre. Subieron por unas escaleras que parecían interminables y abrieron la puerta de la sala de mando con cuidado. Allí estaba un vigilante dormido, al que encerraron en el almacén para ponerse manos a la obra con total tranquilidad. Spectre miró el radar, ¡Tropas pikoletas se dirigían a la base! Debían actuar rápido, cogieron los controles y dieron órdenes de bombardear las dieciséis bases pikoletas que existían hasta el momento, ordenaron también que después del bombardeo destruyeran los antiaéreos para que no pudieran destruir el cohete cuando estuviera volando y salieron de la torre de control pitando.
Cuando bajaron las escaleras les estaban esperando veinte soldados apuntándoles con grandes armas. Rápidamente, Sara sacó su micrófono y chilló con todas sus fuerzas, esto provocó que se destruyeran los tímpanos de todos los pikoletos. Aquello les daba ventaja para que pudieran escapar; salieron de la base Pikoleta y fueron corriendo en dirección a la suya, tenían que llegar antes que el regimiento pikoleto, avisaron a Mar por radio para que fortificara la base.
Corrían con todas sus fuerzas, no podían aguantar más. Al fondo se veía el albergue, con Mar haciendo señas.
- ¡Ya queda poco! -dijeron ilusionados
La ilusión duró poco, porque por la derecha se acercaban los Pikoletos a gran velocidad ¡Los habían adelantado! Llegaron al cohete a toda prisa, se subieron y despegaron. Al fondo se veían a los pikoletos intentando dispararles, pero todo era en vano, el cohete ya estaba a kilómetros por sus cabezas. Cuando pudieron relajarse, revisaron sus recursos y lo gestionaron todo para que el viaje fuera sin ningún problema. Después de esto, se dedicaron a observar cómo se alejaban de su antiguo hogar cada vez más y más.
10 de mayo de 2038: Todo va bien, al fin, nuestros personajes pueden hacer lo que les plazca. Sara suele cantar más a menudo para darle más alegría al frío y metálico cohete. Spectre hace ejercicios y se entrena corriendo por todo el cohete (algo que desquicia bastante a sus amigas) y Mar... bueno, Mar resuelve ecuaciones (cada uno disfruta a su manera)
27 de Mayo de 2038: el viaje era tranquilo, Mar, Sara y Spectre charlaban animadamente sobre su futuro nuevo hogar: cada uno soñaba con mundos tan distintos que se complementaban a la perfección. Entre risas, un horrible ruido perturba la paz: es el radar ¡Un meteorito se acerca al cohete a gran velocidad!
- ¡A los mandos! -ordena Sara- Spectre, dirige el cohete. Mar, no apartes la vista del radar en el caso de que aparezcan más. Yo activaré la seguridad ¡vamos, vamos, vamos!
El miedo recorre cada rincón del cohete, Spectre hace maniobras trepidantes, Mar no para de gritar indicaciones y Sara se mueve de un lado a otro para asegurar todo. De milagro, los esquivan todos y la calma vuelve a reinar en el cohete.
-¡Buf! Menudo susto -dijo Spectre
- Y que lo digas -contestó Mar
6 de Junio de 2038: Ha pasado cerca de un mes, el destino está cada vez más y más cerca. El equipo está cansado y de mal humor, apenas quedan provisiones y el cohete está casi sin combustible.
-Chicos... Estoy cansada, no puedo más y pienso cada día en las pobres personas que siguen en la Tierra, si todavía existe ¿Por qué no se nos ocurrió salvarles? ¿Por que los dejamos allí tirados? -dijo Mar- Nuestras familias, nuestros amigos, todo lo que queremos se está muriendo en esa bola de tierra.
-Mar, lo hemos hablado millones de veces, pero eran ellos o nosotros -contestó Spectre.
- ¡Los podíamos haber salvado, Spectre! ¡Podíamos haber construido mil cohetes como este y salvarlos! -replicó Mar.
-Sabes bien que no, Mar. Trabajamos muy duro para construir un solo cohete, imagina haber construido mil -dijo Sara.
Mar se quedó de brazos cruzados y reflexiva, mientras Sara ordenaba las cosas Spectre miraba por la ventana.
20 de Junio de 2038: El viaje se está haciendo insoportable, ¿Cuánto tiempo iban a tener que estar allí? Spectre miraba el espacio a través de la pequeña ventana que había en la sala de mandos. De repente, observa algo a lo lejos.
- Chicas, ¿los meteoritos pueden ser de color violeta? -preguntó Spectre.
- No, suelen ser marrones o negros, jamás he visto un meteorito de otro color, y eso que he trabajado mucho la astronomía. -explicó Mar
-Eso significa que ya estamos en casa -dijo Spectre con una sonrisa en el rostro
-¡¿Qué?! -exclamó Sara- ¡Es imposible!
-Lo es -dijo Mar con lágrimas en los ojos, mientras miraba por la ventana- todo ha acabado, esta locura, por fin ha terminado.
Se abrazan emocionados, aterrizan y salen a ver el exterior: el suelo es como el de la Tierra, solo que de un color morado chillón. Todo está rodeado de plantas enormes y coloridas que se elevan hasta un cielo de color azul. A diferencia de la Tierra, este no está tapado por una capa gris. Se pueden distinguir 3 soles en el cielo y miles de criaturas se asoman entre la vegetación para observar a los nuevos habitantes. Varias, los reciben amigablemente dando saltitos a su alrededor, mientras que otras prefieren permanecer ocultas y esperar.
-¿Creéis que todo saldrá bien? -preguntó Sara- ¿Vamos a sobrevivir?
-¿Por qué no? -contestó Spectre- Nos han pasado un montón de cosas, y aquí estamos ¿Por qué no íbamos a sobrevivir?
-Bueno, mientras estemos juntos, no creo que nada malo nos pueda pasar -concluyó Mar.